Ministerio Internacional Profético

Descendiendo La Gloria de Dios

Descending the Glory of God Church
Iglesia Descendiendo la Gloria de Dios

Adoración

La adoración, un acto de amor y de gratitud a Dios.

¿Es que acaso a Dios el Creador de los cielos y la tierra de la tierra se le presenta ofrenda viva de adoración que no sea en santidad? ¿Es que acaso no sabéis pueblo que Dios es santo, santo y para siempre eternamente santo? No pueden los adoradores desear llamar la atención o ser más estrellas que las lumbreras del firmamento. Bíblicamente la unción significa según el Diccionario Nueva Concordancia Strong, la más famosa de habla inglesa, derramar aceite. Es un regalo divino de Dios entregado por el Espíritu Santo. Se ungen los enfermos como símbolo de sanidad. Se ungen los llamados para activar y bendecir los 5 ministerios de Dios: apóstoles, pastores, profetas, evangelistas y maestros. Se ungen los dinteles de las puertas, hogares como ordena el Antiguo Testamento. Se ungen a los enviados, misioneros con la bendición pastoral. La unción viene también con el proceso en medio del dolor y del llanto en tu fidelidad a Dios. Se entristece el corazón de Dios de ver la contaminación que permiten hoy en la adoración. Pastores celen los altares del Padre, así como Dios mismo cela a su iglesia. ¿Donde esta el discernimiento espiritual? ¿Donde quedo la pasión por buscar la santidad? Donde quedó el Temor a Dios que es el principio de servirle a Dios. Son 7 los Espíritus de Dios: Espíritu Santo, Espíritu de temor a Dios, Espíritu de Consejo, Espíritu de Poder, Espíritu de Sabiduría, Espíritu de Conocimiento y el Espíritu de Inteligencia.

 

Iglesia de Dios el Todopoderoso de Israel, el Alfa y la Omega, no mirará nunca con agrado la falta de reverencia, de humillación, la altivez, ni la búsqueda de brillar ante el pueblo de Dios. El espíritu debe de dominar la carne, no la carne al espíritu. La alabanza y la adoración debe de ser limpia, pura, de gratitud y de amor total en rendición al Creador. El corazón del verdadero adorador debe de ser humilde. La adoración a Dios, Jesús y al Espíritu Santo es parte de un estilo de vida llena de continua oración, ayuno, conocimiento y vivencia de la palabra. Se ministra para libertar, sanar, consolar, edificar y pelear por la iglesia de Dios. Jesús murió en la Cruz del calvario como Cordero inmolado.

 

Dios se hizo hombre para morir para la salvación del mundo entero y así no se le adora. Mi Dios es Roca fuerte de poder y fuego consumidor. No se mezcla de lo que es santo, con el mundo y lo profano. Porque de lo contrario en la adoración el adorador o danzora sería por el desconocimiento causante de traer a la casa de Dios confusión y error. Por eso no podemos ser piedras de tropiezo en la evangelización por las almas que son por completo propiedad de Dios. Los movimientos deben de ser inspirados por el Espíritu Santo de Dios para adorar, exaltar, bendecir y honrar la gloria de Dios. Como adoradora y profeta ungida de Dios les exhorto a los pastores a cuidar y celar la casa de Dios. La adoración y la alabanza van unidas a la santidad en el altar porque la gloria de mi Dios es santa. Esto no es por emoción sino con conocimiento de los 66 libros de la santa palabra de Jehová, Dios. Por lo cual la música del mundo no se lleva al altar de Dios. En la adoración debe de haber reverencia, entrega y pasión por Dios. Es un acto de humillación, de amor y total entrega para honrar al Padre, Jesús y el Espíritu Santo.

 

Adoras con el alma, con el corazón y el espíritu. Entregas tu cuerpo como ofrenda viva, agradable al Padre eterno. Usando tu cuerpo, manos, pies en movimientos inspirados por el amado Espíritu Santo. Y te regocijas sumergida de amor en su presencia. El adorador debe ser manso, humilde y debe vivir en total santidad lejos de la envidia, celos, disensiones y pecados ocultos del alma. Pero sobre todo lejos de la altivez de espíritu, la soberbia, el orgullo y la vanagloria personal. El adorador es un guerrero violento que pelea para Dios, el Comandante. de guerra celestial. La adoradora debe ser una intercesora en la oración. Una verdadera atalaya y centinela del altar de Dios. Una genuina sierva que se guarda y se santifica a diario a si misma porque reconoce que es propiedad de Dios. Las vestimentas, telas y colores deberán ser dirigidas por el Espíritu Santo conforme al corazón de Dios. Los instrumentos que son utilizados para adorar a Dios: mantos, banderas, alas, abanicos, serpentinas, panderos o shofar, deberán de ser consagrados ante el tabernáculo de Dios. Todas tus vestimentas tienen que ser ungidas y presentadas a Dios en adoración.

 

Cuando alabas significa hablar de todas las cualidades de Dios. Dios de belleza, de poder y de pureza. Padre de las luces, del amor y del perdón. Cetro de gloria y de justicia. El adorador deberá de ser un guerrero probado en el campo de batalla. Sujeto a la autoridad de Dios y a los pastores de la iglesia. Sujeto al orden divino de Dios. Sometido a la Voz de Dios conectado en la adoración con el Espíritu Santo de Dios. El adorador debe vivir aplicando la palabra y el aceite de la unción, será derramado sobre su vida. El adorador es un guerrero e intercesor en la alabanza para Dios. Es un amante de la presencia y la esencia de Dios. Los danzores vivimos hambrientos y sedientos de la presencia de Dios. Vivimos conectados con el trono de la gracia de Dios. Vivimos y morimos por Jesús y peleamos contra el mismo infierno por las almas y el pueblo de Dios. En la adoración el adorador es un ministro de alabanza, el levita o salmista sabe que nació para adorar a Dios. Reconoce que es con las fuerzas del Padre, de su santo hijo Jesucristo y de su Santo Espíritu que derribara principados y potestades en medio de la alabanza y la adoración. Habla en lenguas las discierne y puede interpretarlas. Sabe de guerra espiritual y vive leyendo la palabra. Ama el ayuno y la oración. Ama separarse para Dios. Por lo tanto, la adoración como arma de guerra representa un peligro para las huestes de maldad. Reconoce su posición y autoridad en el ejercito de Dios. Vive con valor en integridad y defiende los principios y los estatutos del reino de Dios. Conoce del amor, la pasión por Jesús y el servicio. Es manso, integro, humilde y apasionado por Dios. El verdadero adorador con un llamado genuino, lleva la paz en las manos y la guerra con violencia en los pies. Ama la santidad y todos los frutos del Espíritu Santo de Dios.


Te invito iglesia de Dios a conocer mucho más de la adoración en mis próximos mensajes. Te exhorto en el nombre de Jesús, y de su sangre preciosa a convertirte en un verdadero adorador del ejercito del único y verdadero Dios, Jehová de los Ejércitos, el Santo de Israel.


Share by: